Alienta futuro de las librerías

Alienta futuro de las librerías

Jorge Carrión tiene vetados a Amazon y a las cadenas de librerías. No compra ahí un solo título.

«Es una cuestión política», explica. "

«Las librerías independientes cumplen una función cultural, y hay que apoyarlas». Su ensayo Librerías, finalista del Premio Anagrama en 2013, lleva cuatro ediciones en España. Es tanta la falta de conciencia sobre estos espacios, dice, que no aparecen en las guías turísticas ni en los índices onomásticos.

Para Carrión, el ensayo está asociado al movimiento. En Librerías mezcla la crónica con la crítica cultural y el relato histórico en un recorrido que inicia en Atenas y culmina en el siglo 21.

«El hilo conductor son mis nomadeos por medio mundo», señala el autor, quien desde hace 20 años visita las librerías de los países a los que viaja.

Existe una tendencia internacional a la librería de grandes dimensiones, naves catedralicias que destacan por su arquitectura o su diseño, indica.

«Las librerías con más posibilidades de sobrevivencia son aquellas que consiguen crear una comunidad de personas que se identifican con el proyecto», dice. Carrión considera necesario reconstruir la relación de complicidad que unía a los libreros con los autores.

«Un librero tiene que apoyar la literatura más inconformista, experimental, contemporánea y local», afirma. «Internet puede ser un buen aliado de las librerías para difundir las obras, generar fenómenos on line y atraer a las personas».

Las presentaciones de libros deben también reinventarse, agrega, pues han caído en la rutina. «Hay que revisar por qué y cómo se hacen, pensar en cuál es el modo más adecuado de dar a conocer un libro, ya sea por internet, con una lectura, un concierto o una exposición».

Para el ensayista, no es casual que durante las guerras se saqueen bibliotecas ni que el Estado Islámico arrase ciudades milenarias, ya que destruir una cultura equivale a hacer desaparecer el espíritu del enemigo.

«Siempre ha habido una intención propagandística en la destrucción y la humillación del derrotado, pero ahora se proyecta a algo instantáneo como es YouTube».

El destino de las librerías está asociado al de los libros impresos, considera, porque el edificio requiere del objeto, y ambos se retroalimentan. Lo que no está tan claro, añade, es el futuro del papel.

Si tuviera que elegir cinco librerías, por los gratos recuerdos que conserva y por la calidad de su fondo editorial, serían: Ler Devagar de Lisboa, McNally Jackson Books de Nueva York, Eterna Cadencia de Buenos Aires, Gleebooks de Sídney, y Pandora de Estambul.